Tel Aviv.- En estos días hay fuegos amenazando Atenas, en Grecia, en España, Turquía, Italia, Euro Asia y también Estados Unidos, hubo inundaciones en Alemania y Bélgica, calor sin precedentes en Siberia, y el reciente informe de la ONU sobre cambio climático dice que no poca culpa de esta situación la tiene la actividad humana.
En Israel la ministra de Medioambiente, Tamar Zandberg, recibió el informe sobre cambio climático de la ONU urgiendo a que el país declare emergencia climática. Esto es, poner en práctica las nuevas medidas y presupuestos diseñados a combatir el calentamiento global que se han aprobado y empezado a implementar, solo que de manera rápida, inmediata y urgente.
“Los puntos principales del informe prueban más allá de cualquier duda que la intensidad y urgencia de la crisis climática no puede ser negada por más tiempo y, más importante aún, que la conexión entre las acciones humanas y el cambio climático no pueden negarse ni ponerse en duda”, declaró Zandberg en comunicado.
Y agregó que el informe de la ONU, que incluye advertencias serias sobre el estado del planeta, demuestra que Israel debe declarar el cambio climático como “amenaza estratégica” para poder afrontar los retos que plantea al país.
Según el informe del panel intergubernamental para el cambio climático de las Naciones Unidas, de más de 3000 páginas elaborado por 234 científicos, el calentamiento ya está acelerando el aumento del nivel del mar, reduciendo el hielo y extremando las olas de calor, las sequías y las tormentas.
Uno de los 234 científicos colaboradores del detallado documento es el geólogo y estudioso del paleoclima Nicolás Waldman, de la Universidad de Haifa, quien dice que “la política del clima es también muy importante, es decir, los gobiernos tienen sus propios intereses y el reparto de los presupuestos y las prioridades de este gobierno parecen diferentes al anterior con respecto al cambio climático”.
¿Qué está sucediendo exactamente?
Waldman explica que uno de los fenómenos a los que asistimos es el calentamiento de los océanos, cuando eso sucede, se crean más nubes, eso provoca más lluvias, “no de las suaves de media tarde, sino de las masivas y destructivas. Algo que suele pasar en zonas desérticas ahora está sucediendo en urbes y lugares habitados. No es a lo que estamos acostumbrados y no lo consideramos normal”.
Waldman estudia el paleoclima para entender el futuro clima, y lo que está claro por ahora es que el cambio climático extrema los extremos, y los seres humanos somos la causa número uno de que la situación esté como está.
¿Se puede parar esto o solo se puede hacer que sea menos malo?
“Se puede hacer que sea menos malo”, responde el experto. “Está la cuestión natural del planeta que no hay que olvidar y que es cíclica: vamos de calentamiento en enfriamiento desde que la tierra es tierra”.
Lo que sucede ahora es que los humanos impactan en el planeta, “usamos más carbono, más fuego…y lo urgente es pasar a energías renovables, cambiar la forma en que usamos la energía. Mitigar. Aunque eso no solucione del todo, pero contribuirá a tratar de aminorar, que era el objetivo de los Acuerdos de París de 2015”.
Dejar de usar aire acondicionado, dejar de volar, ¿es útil o es una gota de agua en el océano?
“No, no es una gota. El mejor ejemplo es la llegada de la pandemia, nadie se movió ni viajó durante un lapso y la cantidad de CO2 en la atmosfera se redujo sustancialmente. En Delhi, en Shanghái, en Pekín, se ve en los gráficos. Nos dejamos de mover y dejamos de emitir CO2. En Katmandú no se veían las montañas durante la pandemia…”
Para que el cambio se produzca no solo es necesario un gobierno responsable sino, al parecer, situaciones drásticas u obligaciones impuestas para que las personas, gobiernos, empresas detengan sus antiguos comportamientos, señala Waldman.
¿Es el comienzo del fin?
“No”, responde el geólogo. “Esto se puede recalentar y recalentar, pero eventualmente se enfriará. Es el ciclo normal. Somos muchos humanos, usamos mucho los recursos naturales, largamos mucho CO2 a la atmósfera”.
China crece muy rápido, Estados Unidos también, África quiere crecer también, India crece, y Waldman sugiere lo que habría que hacer es “contribuir de algún modo a que los que están creciendo lo hagan de una forma equilibrada y no lleguen a cometer errores que otros países hemos cometido”. Sin embargo, también dice que es pretencioso decir eso a países pobres.
Antes de este ciclo de calor hubo dos o tres más, indica: “uno hace unos 120.000 años, otro alrededor de 800.000 y otro hace 3.000.000, la única diferencia es que la población humana está en más de 7 mil millones, algo que no hubo en el pasado”.
El geólogo dice estudiar el pasado para entender el recalentamiento del planeta sin el impacto humano. Sin embargo, dice también que cuando se está pasando de una fase caliente a una fría comienzan los cambios drásticos, de modo que puede que estemos en la antesala del enfriamiento cíclico, “pero no podemos entenderlo limpiamente porque tenemos la influencia humana que acentúa los cambios y empuja al ciclo natural más hacia el futuro”, explica.
Israel, lugar frágil climáticamente
“Estamos en un lugar sensible aquí, al límite de la franja desértica, a un lado está el desierto que sigue hasta el Sahara y hacia el desierto arábigo al otro, y con montañas en el norte y sus precipitaciones anuales. Cada variación climática se ve más acentuada aquí que en otros lugares, como Noruega, por ejemplo. Estamos en un lugar frágil climáticamente” concluye el experto.
“Es momento de actuar y rápido, para reducir las emisiones de gas por un lado y, por otro, para prepararnos para los efectos inevitables del cambio climático”, dijo hoy la ministra Zandberg.
En el presupuesto aprobado por el gabinete de gobierno la semana pasada se incluye por primera vez una partida de 625 millones de shékels (unos 195 millones de dólares) para luchar contra el cambio climático.
Con información de Fuente Latina.