Ciudad de México.- Fue el domingo 28 de febrero cuando las autoridades notificaron a la Subdirección General de Patrimonio Artístico Inmueble, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), que la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina había arrestado joven de 21 años, para proceder con la respectiva denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR).
El INBAL afirmó que el personal del Centro Nacional Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) realizó el dictamen para la limpieza de la leyenda “IM MUHA”. Sin embargo, el graffiti no puede ser borrado hasta que no concluya la carpeta de investigación por parte de las autoridades correspondientes.
Este es un delito federal, según el Artículo 52 de la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas Históricos y Artísticos. Las sanciones por este delito van desde dos a diez años y multa hasta por el valor del daño causado a quien dañe un monumento arqueológico, artístico o histórico.
A la fecha, el INBAL no ha dado mayor información sobre la denuncia que interpuso ante la FGR ni ha dado detalles sobre la evaluación de los daños.
Cabe recordar que el 4 de mayo de 1987, el Palacio de Bellas Artes fue declarado Monumento Artístico por Decreto Presidencial; en ese mismo año también fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés).
Su edificación fue encomendada por el expresidente de México, Porfirio Díaz, el 2 de agosto de 1904 para conmemorar el centenario de la Independencia. Pero fue hasta el 29 de septiembre de 1934 que abrió sus puertas, luego del estallido de la Revolución mexicana.
El emblemático recinto de la capital mexicana tiene una antigüedad de 87 años.
Desde su planeación fue un símbolo de modernidad. A principios del siglo xx, como parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México y el programa de obras que buscaba embellecer la ciudad, el entonces presidente Porfirio Díaz encargó al arquitecto italiano, Adamo Boari, el levantamiento de un nuevo Teatro Nacional que remplazara al antiguo. El proyecto fue coordinado por la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, y tuvo distintas fases de construcción.
En la primera, de 1904 a 1912, se realizaron los cimientos y el exterior del edificio. Boari siguió los parámetros del “Nuevo Arte Decorativo Moderno”, conocido internacionalmente como art nouveau.
Es el único edificio donde se reúne la obra de los tres grandes muralistas: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Asimismo, es el único recinto cultural en el mundo donde se realizan homenajes fúnebres de cuerpo presente, como reconocimiento a los artistas, actores o personajes de la cultura más importantes.
José Clemente Orozco, Frida Kahlo, Carlos Monsiváis, Octavio Paz, Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Mario Moreno “Cantinflas”, Chavela Vargas, Gabriel García Márquez, Miguel Aceves Mejía, Roberto Cantoral, Lola Beltrán, María Félix y Juan Gabriel han sido despedidos en tan distinguido lugar.